Si tienes hermanos, sabes que son una parte muy importante de tu vida, ya que son realmente los únicos que califican como verdaderos compañeros de vida. Seas mayor o menor, uno de ustedes estuvo ahí desde el momento en que nacieron. Y eso inevitablemente lleva a muchas peleas, discusiones y travesuras juntos, pero sobre todo a la gran pregunta que todos nos hacemos en algún momento de nuestras vidas. ¿Cuál es el favorito de tus padres?
De seguro ellos te dijeron que NINGUNO. Que por ningún motivo se atreverían a elegir un favorito, porque eso no es natural y que los amaban a todos por igual. A pesar de que esa respuesta nunca te dejó completamente satisfecho. Pues para tu suerte, la ciencia tampoco se conformó con esa respuesta y decidió investigar al respecto.
Un estudio por fin logró confirmar que inevitablemente tus padres sí tienen un favorito entre tú y todos tus hermanos.
La investigación publicada por el Journal of Family Psychology (periódico de psicología familiar en inglés) estudió 384 hermanos adolescentes junto a sus padres para explorar el favoritismo que revelan estos últimos y los resultados, a pesar de no sorprender a nadie, por fin confirman una duda que parecía eterna.
El seguimiento del grupo de estudio duró más de tres años, en los que se analizó el comportamiento de la familia en conjunto, las interacciones entre miembros y también sus propias opiniones acerca de su relación, bienestar y conflictos.
Los papás son mucho más propensos que las mamás a tener favoritos dentro de su propia familia.
Aunque la diferencia no es abismante, el estudio concluyó que el 65% de las madres tenían preferencia por uno de sus hijos, mientras que los padres indicaban un favoritismo en el 70% de los casos. Y en la mayoría de los casos… Es el mayor.
Esto es algo que los niños reconocen y los hace enfrentarse desde pequeños, sobre todo para poner a prueba a sus padres. Frases como “tú pregúntale, a ti nunca te dice que no”, dejan claro quien es el hermano que se siente menos favorito y en niveles más profundos, generalmente tienden a ser más tristes o tener menos auto estima.
Y la sensación de ser o no ser el favorito es algo que acompaña a los niños incluso más allá de la adolescencia.
Los investigadores piensan que no es coincidencia que en ambientes competitivos como las oficinas, puedan detectarse fácilmente los “hijos favoritos”, pues tienen mayor confianza en ellos mismos y no tienen miedo en ir por lo que quieren. El reconocimiento les parece natural, mientras que los menos favoritos, deben luchar contra eso.
Sin embargo, tal como en la realidad familiar, la solución no está en competir contra el favorito, sino en ocuparlo como parte de una estrategia inteligente para avanzar en la vida.
Algo así como lo que aprendiste mientras crecías no siendo el hermano favorito de tus padres.
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